domingo, 12 de mayo de 2013

'Hablo de amor, de quererse y de nunca olvidarse.'

 ¿Recuerdas aquella vez que te abracé tan fuerte y casi te quedas sin respiración? ¿Cuándo te acaricié la espalda y te dije 'quiero que esta sea la espalda en la que dejar marca' ? ¿Recuerdas cuándo nos sentamos en aquel banco y empezamos a hablar de lo que habíamos hecho ese día? al final acabamos hablando del mucho tiempo que queríamos estar cogidos de la mano. Sí, tú me dijiste que querías estar cogido de mi mano hasta que el mundo se acabara y yo te dije que quería estar abrazada a ti cuando eso sucediera.



Llega un punto en la vida en que, oficialmente, eres adulto. De repente ya eres mayor para votar, beber y tomar parte en las actividades de adultos. De repente, la gente espera que seas responsable, serio, un adulto. Crecemos, envejecemos, pero ¿acaso maduramos de verdad? perdonar y olvidar, eso es lo que dicen. Es un bueno consejo, pero no es muy práctico. Cuando alguien nos hace algo, queremos devolvérsela. Cuando alguien hace que nos equivoquemos, queremos tener razón. Sin el perdón, nunca se ajustan las cuentas, las viejas heridas nunca se curan. Y lo máximo que podemos esperar es que un día, tengamos la suerte de poder olvidar.



    
                     
                                                                                                           Anatomía de Grey.

viernes, 10 de mayo de 2013

¿Y qué haces cuando sientes que todo se va a pique? ¿Cuándo todo por lo que has luchado se desvanece? Dime ¿qué haces? ¿llorar? no, demasiado fácil. ¿rendirte? no, jamás, no puedes, no debes, no quieres. ¿Qué haces, entonces? y es ahí, en ese preciso instante, cuando te das cuenta de que debes sonreír, aunque duela, aunque pese, aunque no tengas ganas.


No, no estoy enamorada de él, aunque no sé si ahora sería capaz de verle enamorando a otra sin derrumbarme de nuevo. Me hizo sentir querida como nadie se había molestado en hacerme sentir, en sus brazos me sentía segura y sus besos eran mi antónimo de la tristeza.. Era él quien me hacía feliz, en el que pude confiar cuando todos me fallaron, hizo que riera llorando. Dios, cómo echo eso de menos y sé que no entienden por qué estaba con él, aunque la verdad me da igual.